"Sueño y su hermanastro Muerte" - John William Waterhouse |
Hemos oído historias que aseguran que artistas han concebido sus obras en sueños. Y es que desde la antigüedad los artistas han sido considerados "expertos en soñar", desde la aparición de "los pintores y pinturas del sueño" (Movimiento Surrealista) conformado por artistas reconocidos como: Salvador Dalí, Giorgio De Chirico, Joán Miró, entre otros, en relación a las postulaciones freudianas de la época sobre el Inconsciente y Asociación Libre, el arte en general, desde la pintura, la música, la escritura y la danza, hasta el presente auge del cine hoy en día ha tomado nuevos rumbos con una intencionalidad más dinámica, rompiendo patrones preestablecidos sobre las formas de relacionarse con el mundo exterior y hasta con el mundo onírico.
- El presente Post tiene como intencionalidad abordar los procesos que al momento de crear se asemejan a la producción de imagos oníricas, en pos de comprenderlos y reproducirlos a nivel terapéutico.
El eje temático es el siguiente:
1. La experiencia artística terapéutica.
2. ¿Qué es la Imaginación Activa? (Concepto desde la Psicología Analítica).
3. La escritura creativa como método objetivador.
1. La experiencia artística terapéutica.
Como todo enfoque terapéutico, el trabajo involucrando herramientas en torno al arte está en intentar comprender la ayuda que aporta al sujeto y su inconsciente, en pos de permitir solucionar sus problemas y enriquecer su vida. Desde la psicología, la apreciación estética de lo expresado de forma artística toma un papel secundario, destacando el potencial de la experiencia y la imago que emerge del inconsciente colectivo, cuyos aspectos y variedad simbólica se relacionan con nuestras percepciones y por tanto con nuestro mundo interior. Relacionarnos desde un lenguaje simbólico, de forma figurativa con tendencia abstracta, permite una experiencia de orden profundo, conectada con realidades no visibles, trascendiendo las limitaciones del lenguaje verbal, siendo la representación sensible de una idea, pensamiento y/o emoción. Al decir de (Eliade, 1998): "un símbolo religioso transmite su mensaje aun cuando no se capte conscientemente en su totalidad, pues el símbolo se dirige al ser humano integral, y no exclusivamente a su inteligencia." De la misma forma, una obra puede buscar decir algo más de lo que parece, además, toda obra puede resignificarse, adquiriendo un sentido social diferente (dependiendo del momento socio-histórico en que se interpreta) y también para el propio autor desde las necesidades de su inconsciente. Según Rema Bodei, "la expresión artística es capaz de trascender el tiempo y el espacio. De este modo, el arte tiene la capacidad de reintroducir significados y cualidades secundarias, de darle plenitud a todo fugaz momento, sustrayéndolo a la inexorable sucesión cronológica." (Bodei, 2013). La experiencia artística en el trabajo terapéutico se convierte en totalizante. "No podemos captar su valor si uno no se transporta en espíritu dentro del medio global donde él vive verdaderamente." (Chevalier, 1986). A través de la creación artística es que el ser humano es capaz de traspasar las fronteras de la lógica y conectar con su parte más intuitiva, sin necesidad del razonamiento excesivo al que estamos acostumbrados en la actual estructura social. Según Jung: "lo simbólico es la expresión primitiva de lo inconsciente y a su vez una idea que corresponde al más alto presentimiento que le sea dado a la consciencia."
El ser humano tiende a buscar su realidad más profunda, a encontrar una naturaleza más allá de lo material en su interior y el arte es una de las vías más importantes para la búsqueda del sí-mismo y del conocimiento personal. Si bien la creatividad, según Jung, es de carácter instintivo, es cierto también que no todas las personas tienen facilidad para expresarla, por más que es entrenable. El hombre que se supera y ha alcanzado el conocimiento que le permite ver las cosas desde una perspectiva más amplia y elevada, ha entendido que la naturaleza y él no son entidades separadas y que conviven en una constante tensión con su mundo interior. "Todos en nuestro interior llevamos una 'verdadera obra maestra' que debemos develar. Para poder llegar a develarla es necesario superar nuestro narcisismo y superar nuestra estructura existencial posesiva." (Fromm).
En el contexto de la arteterapia el objetivo se centra en encontrar y elaborar un universo de imágenes psíquicas significantes para la superación de conflictos en los sujetos. "Al utilizar el arte en su modalidad curativa, al dar paso al proceso creativo, se activan procesos psíquicos en los que los conflictos exteriores se trasladan con la creatividad a través del amplio mundo de la imaginación y de la aventura (López, Martínez, 2006). La actividad artística tiene potencial tanto para transformar y desmantelar fantasías inconscientes, así como preservarlas. Este "psiquismo creador" establece un diálogo interno que va de lo cerrado a lo abierto, de las formas a la ausencia de estas. Según López y Martínez, un trabajo activo que disuelve, que debilita pilares y bordes del ego, lo colocan en apertura a otro espacio: el espacio potencial (la futura obra). A tener en cuenta, el significado de una gran cantidad de obras de arte no se traduce a una interpretación o conceptualización única y se manifiesta en términos de ambigüedad, complejidad, plisemia y poisesis.
2. ¿Qué es la Imaginación Activa?
Aprendiendo a dialogar con las voces de la naturaleza inconsciente como ocurre con los sueños, pero también en condición de vigilia, la conciencia humana puede ganar atención y mesura en relación con otros y con lo otro. La imaginación actica junguiana es un método que no se limita a dejar seguir lo inconsciente o, como se le quiera nominar, al evento interior que trasciende la ordinaria percepción de la realidad. Respecto a aquello que se experimenta reclama también que se tome posición activa, suscitando una suerte de confrontación ética con la imagen. Antes de aventurarnos al método para comprenderlo mejor, es útil notar una diferencia acentuada entre Freud y Jung en cuanto a las imágenes inconscientes y como ambos configuran sus postulados en base a las mismas. Las imágenes oníricas, en buena medida, son comprendidas por Freud como expresiones oscuras del conflicto entre niveles psíquicos diversos, como un texto encriptado que debe ser decodificado para llevar a la luz su verdadero significado, el cual consistiría en su traducción en los términos razonables de una sana consciencia del yo. Para Jung las imágenes oníricas son vistas como expresión de la realidad psíquica en su conjunto y no como resultante de un compromiso con las instancias yoicas; la visión junguiana reconoce la profunda alteridad y autonomía de la psique inconsciente respecto a los deseos y temores yoicos. En este último caso, el mismo Yo se encuentra en la trama onírica entendido como parte de esta y a su vez está representado por todo aquello que es y por lo que vale desde el punto de vista inconsciente. Por tanto, podemos decir que el encuadre junguiano concibe las expresiones del inconsciente como fuente de inspiración para la actividad consciente, imágenes con función orientadora proveniente de lo más profundo. En cuanto a su abordaje, se recomienda permanecer fieles a las figuras del sueño, no alejarse de ellas en definitiva, como sería en el caso de la asociación libre, sino permanecer y girar en torno a ellas, en una suerte de circunvolución psicológica.
La propuesta de Jung (Imaginación Activa), trata el nexo entre el Yo y las imágenes psíquicas, entre la reflexividad de la conciencia y su matriz arquetípica, se anuda llevando adelante con rigor y devoción la interpretación de los sueños como disciplina, un salto cualitativo de consciencia simbólica se puede lograr mediante el método de interacción directa con las figuras del inconsciente. El trabajo con los sueños, que constituye la base, configura una suerte de dialogo a distancia entre el Yo y las personificaciones del inconsciente: el espíritu es de intercambio, visto también como reciproca la influencia entre niveles psíquicos. Pero se trata de un dialogo, justamente: cuando el sueño sucede el yo duerme inerme e, incluso se encuentra soñando; cuando después el sueño sea recordado y se reflexiones en las hipótesis de análisis, el sueño ya habrá desaparecido, estará en otra parte y se le dará una interpretación. Jung prevé que entre las partes se establezca un encuentro cercano. El Yo y las personificaciones de la psique autónoma (que no son diversas de aquellas experimentadas en el nivel onírico) recíprocamente deben encontrarse sobre un plano intermedio de confrontación imaginaria: ni del todo consciente ni únicamente inconsciente, para dar lugar a una suerte de sueño con los ojos abiertos. Así, la atención al desarrollo de la fantasía quedo confinada a favor de la emergencia de imágenes psíquicas, con el fin de tomar consciencia de ellas, o simplemente con el fin de obtener un efecto catártico. Por tanto, en la aproximación psicológica a la imaginación desde la perspectiva junguiana es fundamental que no se limite a una función contemplativa y/o interpretativa (en la acepción ordinaria del término) de aquello emerge desde el inconsciente; sino correspondientemente haya una participación activa del Yo en el desarrollo de tal experiencia.
Para tener una idea del procedimiento, es posible distinguir cuatro fases principales, (lo anterior obviamente, no debería ser entendido literalmente, ni en sentido lógico ni en sentido cronológico, tiene solo una utilidad expositiva):
a) Vaciamiento de la mente
b) Dejar que suceda el evento psíquico
c) Objetivación
d) Confrontación ética con el inconsciente
a) Vaciamiento de la mente
Se trata de una condición de partida. Básicamente corresponde a mantener la concentración sobre la imagen que se está tomando de referencia o desde el estado afectivo que esta represente. - en esta fase es importante evitar toda interferencia e ignorar cualquier distracción.
b) Dejar que suceda el evento psíquico
Si la primera condición ha sido satisfecha (jamás debe tomarse a priori), es de notarse que en el curso del tiempo aparecerá una modificación que da sentido al evento psíquico. "Es imposible de generalizar; para cada uno será diferente, en función de su personalidad y de la respectiva tipología psicológica." Jung. A modo ejemplo, si la imagen es el disparador (ej. una figura del sueño), está mostrara variaciones desde la "escena soñada", en cambio, si el punto de partida es un estado afectivo, el evento psíquico puede devenir en imagen psíquica que tomara forma: visiva, auditiva o sensorial.
c) Objetivación
El fuerte de esta etapa yace en poder representar de alguna forma definida el evento imaginal. Además de fijarlo en la memoria, lo cual es indispensable al igual que al tratar un sueño, se busca confrontar al sujeto con el inconsciente, ya que, en un sentido más profundo, este tiene la necesidad de personificarse. En este sentido, el paso a seguir es ofrecerle un cuerpo material a la imago psíquica, ya sea mediante la palabra, formas plásticas, colores, música, escritura, etc.
d) Confrontación ética con el inconsciente
Cuando el evento imaginal se ha configurado - dice Jung - el Yo tendrá que tomar posición en su interior para influir en su resultado; esto es lo que da resalte a la valencia activa de proceder. Al momento de la confrontación, el sujeto debe tomar una actitud de resolución igual a la que adoptaría ante un problema en el mundo real. Jung hace referencia explícita en la formación de su procedimiento: "La alquimia, en efecto, distinguía con claridad la Phantasia, el gozar pasivo del fantasear, de la vera imaginatio, el empeño ético en el pedir y dar respuesta a las imágenes que se manifiestan. De alguna forma, esta etapa busca una reeducación del relacionamiento con el mundo interno.
3. La escritura creativa como método objetivador.
La escritura creativa, además de herramienta artística, se presenta como una de las mejores opciones en cuanto a exteriorizar el evento psíquico refiere, a diferencia de las pinturas, dibujos o las expresiones plásticas que en ocasiones frustran al sujeto, ya que en general no tiene contacto desde lo cotidiano. Muchas veces nos enfrentaremos a negaciones que se disfrazan bajo frases como: "Yo no sé dibujar." o "Nunca supe pintar.". Pero es un acierto que la mayoría de las personas saben escribir, y hasta algunas prefieren hacerlo que hablar. Además, recordemos que no se pretende darle un enfoque puramente artístico, ósea, la idea no es hacer una obra de arte, sino dar forma a una idea, serie de ideas o estado afectivo, convirtiendo dicho material en algo tangible.
Concebir la escritura como herramienta mediadora es ir en búsqueda de rupturas reduccionistas y sistemas ortodoxos. Desde sus beneficios, acerca a una visión de ser humano más totalizador, donde existe una integración de las diferentes facultades psíquicas. La escritura promueve flexibilidad, dinamismo psíquico y conexión con múltiple material de índole emocional. La conexión del sujeto con su mundo interno le permite reencontrarse con el afuera, y en ocasiones hasta desde una actitud lúdica, proyectando el material inconsciente al construir una trama, estableciendo puntos de conexión generando un desenlace o creando diálogos que le permitan decir cosas que por lo general calla. También cuenta con la creación de personajes, una herramienta que permite al sujeto adoptar una actitud activa frente al evento psíquico, ya sea enfrentándose a conflictos vinculares, características propias que permanecen en sombra y que luego deberá analizar y aprehender o ideales que al exteriorizar le permitan adoptar una actitud crítica en el mundo exterior. Otra herramienta literaria que promueve dinamismo psíquico es la "descripción y la acción", estimulando la capacidad de observación y mediante la acción, dando impulso a ideas que podrían estar estancadas en pos de que encuentren luego desenlace en la cotidianeidad del sujeto. Al momento de escribir el sujeto también se enfrentará al tiempo y espacio literario, confrontándolo a la dimensión tiempo, exigiendo al Yo una postura activa, cuestionando decisiones, permitiendo romper las barreras que no se pueden en la realidad, pero si aprovechar de manera estratégica y planificadora para el sujeto.
Vale destacar que su practicidad y bajo costo, ya que para escribir solo se necesita papel y lápiz, facilitan al sujeto, ofreciendo desde el inicio soluciones más que problemas extras. Desde una visión de contexto, también tiene beneficio en que la escritura se puede practicar en múltiples lugares. Si bien es cierto que el procedimiento de Imaginación Activa es controlado en la consulta, luego que uno conecta con su creatividad y aprende a relacionarse con su mundo interior, es probable que recurra a la expresión artística fuera de la misma, ya sea escribiendo algunas líneas de camino en el transporte público o tal vez de forma más reservada en algún lugar más íntimo.