"El Sueño" - Courbet |
No hay lugar a dudas que el surgimiento de la pandemia a causa del COVID -19 ha generado modificaciones notables en las rutinas de la población mundial, que seguirán aún hasta luego de finalizada la situación sanitaria. Los hábitos de dormir no escapan a lo antes mencionado; ante el aumento de sedentarismo, la modificación de horas necesarias de sueño para sentirse completamente descansado ha cambiado. El aumento de ansiedad producto de la situación misma puede provocar alteraciones en el sueño. El ser humano duerme un aproximado de 8500 días de su vida, de ahí que resulta fundamental y apasionante conocer algunos aspectos clave acerca del sueño, sus alteraciones, consecuencias, beneficios, etc.
¿Qué es el Sueño?
Si bien en la actualidad aún los estudios y el conocimiento acerca de dicho estado natural de suspensión o disminución de algunas funciones corpóreas, se encuentra en desarrollo, al aventurarnos en la temática, podemos encontrarnos con interesantes puntos de vista acerca del proceso onírico. Según Carl Jung (pionero en el estudio de los sueños): "El sueño es un fenómeno psíquico que, en oposición a los demás hechos de la consciencia, por su forma y contenido significativo se sitúa al margen del constante devenir de los hechos conscientes." (C. Jung "Energética psíquica y esencia del sueño" p. 108).
Desde una visión neurobiológica, el sueño se caracteriza por ausencia de percepción, con falta de respuestas al medio ambiente que se acompaña de pesadez, imposibilidad para abrir los ojos, cambios en la postura como acostado o sentado, quietud y disminución de tono muscular. ¡Se trata de una función biológica esencial! Que tiene un papel fundamental en los procesos de recuperación, conservación de la energía y sobrevida.
Participa en muchas funciones vitales como:
El desarrollo neurológico, el crecimiento, el aprendizaje, la memoria, la regulación emocional, la función cardiovascular y metabólica y la remoción de toxinas. Por todo lo anterior, la buena calidad de sueño es IMPORTANTE para tener buena salud y calidad de vida.
Sueño en adultos:
El sueño en los seres humanos incluye dos fases: el sueño REM (movimientos oculares rápidos) y el sueño No REM en el que los glóbulos oculares se alternan cíclicamente.
Normalmente el ser humano adulto comienza a dormir a través de la fase No REM que tiene tres etapas, haciéndose cada vez más profundo y el primer sueño REM aparece más o menos a los 80 o 100 minutos de haber conciliado el sueño. Hay varios ciclos durante la noche.
Se recomienda que un adulto duerma aproximadamente entre 7 a 8 horas diarias. Prácticamente la tercera parte de la vida está dedicada a dormir. Sin embargo, no todos los seres humanos tienen las mismas necesidades en cuanto a número de horas y depende del sexo, la edad, la genética y los factores ambientales.
El sueño profundo tiende a disminuir hacia la vejez, especialmente en los hombres y se ha visto que se presentan cambios en las conductas de dormir: mayor dificultad para quedarse dormido y así mismo permanecer durante toda la noche dormido (insomnio), también se ha encontrado que con el paso de los años aparece la necesidad de tomar siestas.
Consecuencias de un mal dormir:
Si una persona duerme menos de 6 horas puede que el sujeto note alteraciones en el rendimiento de su rutina habitual: desempeño laboral, problemas de memoria, afectos, dificultad de aprendizaje, etc. Pero también pueden surgir afecciones físicas: aparición de diabetes mellitus, obesidad, hipertensión arterial, depresión y en el peor de los casos Muerte Prematura. Algunos estudios muestran que el máximo de supervivencia en privación del sueño se encuentra en 3 semanas, siendo las principales causas accidentes producto de distracciones por el mal rendimiento.
Vale destacar que dormir demasiado también es contraproducente. Una persona que duerme más de 9 horas diarias se asocia a enfermedades cardiovasculares, eventos cerebrovasculares, diabetes militus, hipertensión y obesidad.
En la sociedad actual el trabajo de turnos rotativos ha aparecido como solución de muchas empresas, por más que muchos estudios se están esforzando por demostrar los efectos contraproducentes de contar con rutinas de sueño variantes.
Privación del sueño:
La privación de sueño puede tener diferentes causas:
Trastornos del sueño
Diferentes horarios laborales
Por la tendencia de utilizar luz hasta altas horas de la noche
Por la posibilidad de hacer viajes con diferencias horarias
Por la utilización de medicamentos que puedan generar alteraciones directamente o de forma secundaria en sus efectos.
Padecimiento de enfermedades de orden biológico que afecten procesos automáticos (ej. afecciones pulmonares o cardíacas) y/o dolor y malestar constante.
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